Es este día del abogado uno muy especial ya que nuestro Colegio cumple su aniversario número sesenta. Y ello nos permite reflexionar acerca de cuánto ha cambiado nuestra profesión en estos años.
Seguramente quedan muy pocos colegas en actividad que hayan vivido todo el desarrollo y los cambios que se produjeron para “el abogado” en estos sesenta años, pero me animo a aseverar que ninguno ha sido tan abrupto ni inesperado como el que estamos atravesando hoy.
Hace dos años que ejerzo el cargo de presidenta de esta querida institución y la mayor parte de ellos se lo hemos debido dedicar a gestionar los efectos de lo que ha significado la irrupción del Covid19 y sus consecuencias. Estos dos últimos años han significado una etapa de cambios radicales en el mundo entero. También en nuestra profesión hemos sufrido –para bien o para mal- dichas consecuencias.
Pensemos que en tan solo dos años hemos asistido a la abrupta digitalización de la Justicia.
Ya no vamos a Tribunales todos los días; ya no nos cruzamos por los pasillos ni nos encontramos y quedamos para un café. Tampoco vamos ya a llevar escritos ni avisamos en barandilla “estoy con cargo de hora”. Es muy raro encontrarnos al colega con el que tenemos aquel juicio pendiente y tratar de arreglarlo mientras esperamos en la barandilla. Todo eso ha cambiado. Nuestra profesión ha cambiado. Tampoco vamos ya al Centro Cívico y aprovechamos a hacer Registro, Rentas, Catastro. Todo on line.
Todos estos cambios que hoy hemos aceptado y naturalizado y, que en algunos casos, hasta han resultado beneficiosos, han venido acompañados de innumerables gestiones de este Colegio y de la federación provincial para lograr optimización, capacitación, claridad y eficiencia. Y aún resta mucho por hacer.
Todos los días escucho de parte de Uds. los problemas a los que cada uno de nosotros nos vamos enfrentando a medida que va avanzando la tecnificación de los diferentes trámites. Les aseguro que para cada planteo buscamos el medio para llegar a la solución. No siempre es fácil ni inmediato pero nosotros persistimos en el reclamo. Queremos lograr que ese salto tecnológico no nos perjudique y no nos deje afuera a ninguno de nosotros.
Vivenciamos esta nueva realidad como un nuevo desafío institucional y queremos que -aún yendo contra la corriente- podamos vivirlo más humanamente, de forma solidaria, compartiendo nuestros conocimientos y habilidades, haciéndolo «de colega a colega». Creemos que empezando por allí es cómo lograremos llevar adelante el objetivo tan deseado de hacer accesible la Justicia al ciudadano, especialmente a los sectores más vulnerables.
Finalmente, colegas, sirva esta fecha para revivir el espíritu de nuestra institución y recordarles la predisposición que tiene nuestro Directorio para escucharlos e intentar hacerles un mejor día a día en el ejercicio de la profesión.
¡Feliz día, abogados y abogadas! Bienvenidos a los 60 años del Colegio de Abogados Departamento Marcos Juárez.
Isabel D’Onofrio
Presidenta Colegio de Abogados Depto. Marcos Juárez